(Ensayo)
Víctor Manuel Valera Montero[1]
INTRODUCCION
Un simple vistazo a las referencias bibliográficas existentes en el Internet, en la búsqueda de una definición clara y sin ambigüedades, de la forma en que se conceptualiza “estrategia didáctica” nos podría desanimar, dependiendo de la forma en que combinemos las palabras en el motor de búsqueda. Las cifras al momento de escribir este ensayo varían entre 2 y 45,400 referencias. Si la actividad de enseñar es tan antigua como el hombre mismo, ¿porqué es más fácil encontrar referencias sobre un vehículo que una definición de algo a lo que se dedican millones de personas en el mundo?¿es que no puede haber un consenso, o bien, como lo menciona Caracheo (2006), cada vez que se intenta aclararlo se corre el riesgo de añadir más confusión?, y aunque dichos autores lo tratan de ver como una ventaja por la riqueza y variedad –dicen- del proceso formativo, lo cierto es que, si lo vemos desde una perspectiva práctica, en el funcionamiento de las unidades educativas puede significar un retroceso, un atropello al buen entendimiento, y consecuentemente una polarización del quehacer docente.
A casi nueve años de iniciada la reforma curricular en el bachillerato, los que hemos participado activamente en dicho proceso, vemos cómo la falta de formación sólida en aspectos pedagógicos de la mayoría del personal pone en entredicho las bondades de la enseñanza basada en estrategias de aprendizaje o centrada en el aprendizaje, y más recientemente, el enfoque por competencias. Es pues urgente e importante implementar cursos de estrategias didácticas así como de técnicas y métodos didácticos para la enseñanza.
LA IMPORTANCIA DE UNA DEFINICION CLARA
En nuestra búsqueda de una definición de los conceptos antes mencionados, con relación a estrategia didáctica hay coincidencia en cuanto al origen, el latín strategĭa, y del griego stratigia, arte de dirigir operaciones militares, y didáctica, relativo a la enseñanza (Diccionario Larouse, 1998). Sin embargo en cuanto al manejo de ambos términos como un solo concepto, hay algunas variaciones interesantes que podemos citar. Así, en un documento elaborado por el ITESM[2], dirigir, es orientar para dar sentido a algo que se hace basado en un método, es planificar las acciones. También se menciona que se requiere de un perfeccionamiento continuado de técnicas cuya elección es responsabilidad del docente. López y Mota (2006), nos dan una definición algo diferente: “…entendimos por "estrategias didácticas" todas aquellas maneras de proceder docente -etapas o fases seguidas en una secuencia de enseñanza-, fundamentadas -es decir, sustentadas en desarrollos teóricos- y validadas -puestas en práctica y valoradas desde el punto de vista de los resultados obtenidos…” es decir, que si se lee con detenimiento, la estrategia está mas bien referida al método, al cómo, a la secuencia didáctica. Esta misma situación la encontramos en una publicación de Paredes (2002), el cual clasifica las estrategias didácticas en 5 tipos: las de procesamiento, las de apoyo, metacognitivas, para desarrollar el pensamiento crítico y, las de personalización, mismas que subdivide en otras 29 y en todos los casos, el planteamiento de la estrategia va orientada al cómo, al logro de un objetivo particular.
De manera similar, Añorve, G. (2010), equipara la estrategia con un plan de acción. Sin embargo, Díaz-Barriga F. y Hernández R. G. (2003) mencionan que algunos autores las identifican con técnicas y otros con métodos. Lo que sí es claro es que, la definición de método le otorga un carácter bien definido, y hasta cierto punto rígido, como es el caso del método científico como método de prueba, y la técnica es el enfoque desde el cual se aborda el método pues el vocablo proviene de tecnología. Por otro lado, el plan se le concibe como una anticipación para lograr un objetivo específico. Por tanto, la estrategia, se vale de ambas cosas como acciones a seguir para lograr un objetivo o meta.
Como ya mencionamos por necesidad al método, acotamos algunas distinciones. Para Caracheo (2006), es hacer algo ordenada y sistemáticamente y refiere que tanto el método como la técnica son procesos para lograr algo. En el documento del ITESM (op cit., 2005) se cita a la vez a Gimeno (1986), quien indica que el concepto de método también ha sido muy utilizado en el ámbito pedagógico con ese mismo nombre, o bien con el nombre equivalente de estrategia didáctica. Para Salanova-Sánchez (2006), es mejor clasificar los tipos de métodos didácticos en función de su uso o intención y de ahí derivar una definición, esto debido pues a los problemas derivados del uso del lenguaje. Sin embargo, si revisamos los métodos que él cita, nos topamos de entrada con los métodos por su forma de razonamiento, luego, con los métodos de organización de las materias, los de la relación con la realidad, los de actividades externas del alumno, los de sistematización de la información y termina con los métodos de aceptación de lo enseñado. Como se puede ver, esta clasificación es por su estructuración, pragmática, y los métodos que en este tipo de clasificaciones se engloban pues también son considerados como técnicas por Caracheo ya que especifica el procedimiento y el recurso.
Esta situación en apariencia habla de lo mismo cambiando la óptica o el punto de vista bajo el cual se mira. Sin embargo, basados en la literatura disponible, podemos observar que en lo que se refiere a estrategias didácticas, la mayoría –por no decir que todas- van orientadas al aprendizaje de una materia en particular. Esto es algo importante; significa la visión del estratega del cómo puede lograrse un aprendizaje y no se limita simplemente al diseño de un plan, la categoría de arte le sobreviene entonces porque contempla aparte de la intención de aprendizaje, los recursos. Cabe aclarar que esto último en algunos casos es bastante explícito, y en otras no. ¿Porqué? la respuesta la encontramos en la fuente de información; no todos los autores están dispuestos a entregar totalmente su estrategia, y más cuando de esto depende la venta de algo (inscribirse a un curso, la venta de un libro, etc.), y pues, ¿qué no es esto el sentido real que los griegos le daban a la estrategia? Bajo esta óptica, el estratega es el docente, el que aplica un determinado método (las partes de la estrategia) y una técnica (la forma de combinar los recursos), y el enemigo a vencer –por analogía, pues- es el alumno, es sobre quien recae la acción de la enseñanza y ejecuta el aprendizaje (los métodos), es a él a quien hay que quitar su resistencia a no aprender (las técnicas motivacionales), y finalmente, es él a quien hay que evaluar (los métodos y las técnicas de evaluación) para determinar si su nivel cognitivo tuvo un cambio significativo.
La construcción o diseño de una estrategia didáctica para el aprendizaje con enfoque en competencias parte según otros autores como Denyer M. et al (2007) de las situaciones sociales de movilización de lo que se ha aprendido en la escuela, luego, el conocimiento que se va a enseñar (la competencias a desarrollar), para posteriormente llegar a lo que denominan el conocimiento erudito (la competencia desarrollada), lo cual invierte el sentido o dirección que normalmente se le da en el proceso de enseñanza, que pone en primer lugar, al conocimiento erudito como meta a alcanzar, luego, al conocimiento que se va a enseñar (combinando aquí una visión un tanto caprichosa de estrategia aparejándola con una técnica o con un método), luego, el conocimiento enseñado y aprendido (como resultado de la acción) y finalmente, la acción sobre el medio social del aprendizaje
A MANERA DE CONCLUSION
Es cierto que si buscamos definiciones para estrategia, método y técnica encontramos en diversas fuentes de bibliográficas concepciones en los cuales no es fácil advertir una diferencia clara. Incluso, causa cierto desconcierto que el exceso de verbalización sea redundante y no parece aterrizar en algo concreto. ¿A qué atribuimos esto? Bueno, pues simplemente a que la persona que hace dichas afirmaciones, normalmente sustenta su idea o su concepción en la experiencia, es su visión del proceso, y si estrategia significa planear algo detalladamente para que suceda algo, de ahí, se desprenden casi de manera natural los métodos (las formas de hacer) y las técnicas (con qué y cuando) para el logro del aprendizaje.
REFERENCIAS:
Añorve, G., Guzmán M., y Viñals E. 2010. Estrategia didáctica. Diplomado en Competencias Docentes. UPN-COSDAC-SEMS. Documento de trabajo. México
Caracheo. F. 2006. Introducción a los métodos y técnicas didácticas. Diplomado en Competencias docentes básicas. CIIDET. Santiago de Querétaro, México.
Denyer, M., Furnémot, J., Poulain, R., y Vanloubbeeck, G. 2007. Las competencias en la educación. Un balance. Fondo de Cultura Económica. México
Díaz-Barriga, F. y Hernández, G. 2003. Estrategias docentes para un aprendizaje significativo. Una interpretación constructivista. 2a. edición. Edit. McGraw-Hill. México
López y Mota, A. 2006. Estrategias Didácticas. En: http://www.cinstrum.unam.mx:2048/estrategia.htm#creditos
Paredes. A. 2002. Estrategias didácticas. En: http://sardis.upeu.edu.pe/~alfpa/estrategias.htm
Salanova-Sánchez. E. 2006. Los métodos didácticos. En: http://www.uhu.es/cine.educacion/didactica/0031clasificacionmetodos.htm
[1] Docente, CBTa-244. Pantanal, Mpio. de Xalisco Nayarit
[2] ITESM. 2005. LAS ESTRATEGIAS Y TÉCNICAS DIDÁCTICAS EN EL REDISEÑO. Dirección de Investigación y Desarrollo Educativo, Vicerrectoría Académica, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. En: http://www.ucb.edu.bo/modelo/docentes/capacitacion.pdf
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